jueves, 19 de junio de 2014

Cultura Tecnologica


El desarrollo de la tecnología es un proceso cultural, social y psicológico, al cual corresponden varios cambios con respecto a la actitud y comportamientos del ser humano, sus pensamientos, sus valores y creencias que afectan el cambio técnico de todo ser humano; estos cambios no son de forma física, son más graves ya que con frecuencia son ignorados y algunas veces menospreciados por las transferencia de tecnología.
La tecnología es entendida como un conjunto de procesos enlazados de conocimientos que la sustentan para obtener al final los productos resultantes de estos procesos, estos productos resultantes pueden ser artefactos, servicios que son realizados con una finalidad única ya sea para dar solución a problemas técnicos, sociales o para mejorar la calidad de vida de las personas.


La tecnología integra técnicas con conocimientos científicos, valores culturales y formas organizacionales de la sociedad, y está orientado a objetivos sociales predeterminados. El proyecto o diseño abarca el planteo de la situación problemática, la acción a realizar, la concretación de la solución y la evaluación de la solución. Debe quedar claro entonces que transferir tecnología no es simplemente la aplicación de principios conocidos, sino la ocasión para adquirir nuevos conocimientos, y desarrollar el ingenio, la creatividad, la habilidad, etc. implicando siempre el factor innovación.
Para transferir tecnología no solo se requiere de la aplicación de principios conocidos, sino de la ocasión para adquirir nuevos conocimientos, y con esto el desarrollo de la cretividad, el ingenio, las habilidades, las destrezas entre otras.
Para el ser humano la tecnología es su principal herramienta de trabajo ya que con ella puede hacer más fácil y rápido su trabajo, pero para eso debe conocerla bien y saber utilizarla para su mejor aprovechamiento.
Por cultura tecnológica se entiende un amplio aspecto que abarca teoría y práctica, conocimientos y habilidades, por un lado conocimientos relacionados con el espacio construido en el que desarrollamos nuestras actividades y con los objetos que forman parte del mismo; y por otro lado las habilidades, el saber hacer, la actitud positiva que nos posibilite no ser espectadores pasivos en este mundo tecnológico en el que vivimos. En resumen, los conocimientos y habilidades que nos permitan una apropiación del medio en que vivimos como una garantía para evitar caer en la dependencia.
La cultura tecnológica brinda una visión integradora de todas las modalidades de la conducta humana, superando la tradicional dicotomía de lo manual y lo intelectual, y postula una concepción del hombre como una unidad que se compromete con todas las potencialidades, en todos y cada uno de sus actos.
El desarrollo tecnológico es un proceso complejo, que implica algo más que la aceptación manifiestos de los adelantos materiales y técnicos. Es también un proceso cultural, social y psicológico, al cual corresponden cambios de las actitudes, pensamientos, valores, creencias y comportamientos humanos que afectan el cambio técnico. Estos cambios que no tienen carácter físico, son más delicados, aun y cuando con frecuencia sean ignorados o menospreciados por las políticas de transferencia de tecnología. Sin embargo el efecto que con el tiempo estas llegando a producir se verifica por lo que influyen en otros aspectos culturales, y por el grado de alteración que pueden producir en el contexto en el cual se proyectan. 

El significado de la evolución tecnológica entraña cambios tales que exige una reflexión sobre la adecuación o inadecuación de las culturas tecnológicas que se presentan en los diferentes campos de la sociedad resultado de este avance, por lo que se puede deducir que el entorno en el que el hombre vive forma parte de su cultura y la tecnología impacta en la forma en que éste se desarrolla.
Se encontró que desde hace unas décadas Toffler (Leer: 2001: 26) propone que la cultura del hombre se conforma por entornos, por lo que hace la siguiente clasificación: Los países en la primera ola son aquellos que se encuentran en una etapa de agricultura. Los de la segunda ola logran un alto nivel de industrialización. Finalmente los países en la tercera ola son aquellos donde la información digital, transmitida por redes, desempeña un papel fundamental.
Autores como Nicholas Negroponte y Javier Echeverría, aceptan la propuesta de Alvin Toffler, pese a ser considerado por como un escritor polémico, además al que no se le tomó en cuenta cuando hizo sus propuestas que se veían como futuristas.
Sin embargo, estos cambios deben ser comprendidos desde una perspectiva histórica, para que se pueda llegar a interpelar, de manera radical, la generalización de las culturas en la época de la sociedad del conocimiento.
Bajo este contexto se insiste en la importancia de acercarse a entender los desencuentros entre las generaciones que traen no sólo un problema de uso, apropiación o incorporación de tecnologías en la institución educativa, sino la posibilidad de recoger de manera fuerte las tradiciones pedagógicas del pensamiento de diferentes educadores y tecnólogos.
Esto quiere decir, que el impacto de la tecnología en la sociedad da origen a diferentes culturas, se puede decir que se dio la cultura del libro, con la aparición de la imprenta, más tarde aparece la cultura de las masas ante el surgimiento de la radio y la televisión, ahora estamos frente a la cultura de Internet, que remite a la famosa sociedad del conocimiento.
Todo esto redunda en una cultura tecnológica, estudiada por diferentes disciplinas entre ellas la filosofía de donde surgen los críticos culturales de la tecnología, por lo que a continuación, se hace referencia al pensamiento de los siguientes estudiosos:
La filosofía de la tecnología surge después que la filosofía de la ciencia, dice Medina (1995: 180). A grandes rasgos se distinguen dos enfoques opuestos: el de la tradición analítica y el de la crítica humanística. Del primero es digno representante Mario Bunge, centrado en el estudio de la racionalidad y del método de la tecnología, que se hacen derivar de la racionalidad científica.
Bunge (1983) dice: “la tecnología no es sino ciencia aplicada, y plasmación material de la forma de conocimiento y actuación más racional que existe”. En cambio, buena parte de la filosofía humanista de la tecnología, influida por autores como Lewis Mumford o Jacques Ellul, realiza una crítica cultural de la era tecnológica
Asi pues los estudios de los sistemas sociotécnicos intentan aplicar la teoría de sistemas a la historia de la tecnología. Hay un gran interés en desvelar las mutuas interacciones entre tecnología y sociedad, más allá de discusiones sobre supuestos determinismos de uno u otro tipo.

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